Martín Smedberg Dalence es una rareza. Nació en Suecia
y a su español le falta grasa en los engranajes. Es boliviano y marcó el gol
100 de su selección en la Copa América. Es amable, alto y muy flaco. Se sienta
con predisposición y con muchas ganas de contar su historia ante la propuesta
de Clarín. “De Zlatan sólo tengo parecida la nariz”, bromea y reconoce que
Ibrahimovic “es un ídolo”, aunque también admira a Erwin Sánchez. “Lo vi por
primera vez en el Mundial de 1994. Además jugaba en Boavista, en Portugal,
entonces lo veía por TV”, cuenta.
Smedberg Dalence arribó a Chile para cumplir sueños y
los sueños no entienden de pasaportes. Su padre, Ramiro, nació en Oruro y es un
exiliado político. Escapó a la crisis económica de principios de los 80’ y a
los sucesivos regímenes militares que gobernaron al país del altiplano durante
casi dos décadas. “Mi padre es de Bolivia y mi madre sueca. Desde niño en mi
casa se hablaba español y las tradiciones que teníamos eran las bolivianas.
Siempre en mi corazón me he sentido como boliviano. Claro que soy sueco, pero
con mucho amor por Bolivia”, explica. Su papá es futbolero y en Suecia se
desempeña como entrenador en las juveniles del club Karra Kif.
Martín conoció su país por primera vez a los 30 años,
cuando el primero de sus deseos se cumplió tras recibir el llamado del DT
Mauricio Soria, que lo reclutó por su formación europea, su buen presente en
IFK Goteborg y para potenciar al equipo. “La primera vez que estuve en Bolivia
fue hace un año y medio, cuando me citaron a la selección. Todavía no estuve en
el país como para conocer, pero voy a tratar de hacerlo, a fin de este año”.
Recuerda que durante el Mundial del 94 le dijo a su
padre: “Algún día jugaré en la selección de Bolivia”, y con emoción agrega:
“Estoy cumpliendo mi sueño”. Martín marcó el 2-0 parcial (fue triunfo por 3-2)
ante Ecuador e hizo historia. Martín es una rareza en la Copa América, pero
también en Suecia. Sus compañeros del Goteborg le llenaron el celular de
mensajes: “Tengo amigos que están un poco celosos porque juego en un torneo con
Messi, Neymar, James, Falcao, Alexis Sánchez…”
Por otro lado, admite que el choque
cultural fue difícil para sus compañeros del plantel boliviano, pero que se
adaptó rápido: “Me recibieron muy bien. Ustedes se dan cuenta que mi español no
es el mejor, pero trato de hablarlo bien. Mis compañeros tienen paciencia
conmigo, me ayudan si tengo alguna complicación. Lo que ellos no saben es que
en Suecia hay muchísimos bolivianos. En Gotemburgo siempre viví rodeado de
sudamericanos. Por eso me gusta la música latina, sé bailar Caporales y Tinkus,
que son bailes típicos de Bolivia”.
Este viernes, Bolivia enfrentará a Chile, el local,
para definir quién ganará el Grupo A: “Uno quiere enfrentarse contra los más
competitivos y tener en contra a todo el público me da más fuerza para meter
los goles (sic) para que Bolivia gane”. Cierra Smedberg Dalence, el Zlatan
boliviano.